Desde el mes de mayo Argentina, al igual que otras zonas productoras de Sudamérica, ha sufrido una grave sequía que ha dañado la cosecha de trigo y retrasado la siembra de soja. Por eso, cuando el clima bendijo a los agricultores argentinos con lluvias hace una semana, se pusieron en marcha para reanudar la siembra con el fin de revertir la dramática situación, señala BRS Dry Bulk.
Según la Bolsa de Cereales de Rosario (BCR), la superficie sembrada de soja se completó en un 24%, frente al 80% de hace un año en el mismo periodo. Además, estimó en unos 20-50 ml las lluvias del pasado fin de semana, si bien afectaron sobre todo a la región central del país, sin embargo, para las zonas que obtuvieron menos de 30 ml, algunos no esperan que sea un verdadero cambio de la situación.
En un principio, las Bolsas de Cereales de Rosario y de Buenos Aires preveían una siembra de soja en Argentina de 17 millones de hectáreas, lo que supondría una producción de unos 48 millones de toneladas de soja durante la campaña 2022-23. Si todo va bien y la previsión se materializa, representará un salto interanual del 15%.
Las estimaciones se basaban en la mejora esperada a largo plazo de las condiciones climáticas después de tres años consecutivos de La Niña, mientras que el aumento proyectado en la producción de soja se construirá a expensas de los campos de maíz y trigo.
A fines de septiembre, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires dio a conocer sus primeras proyecciones para la nueva temporada, revelando una caída de 2 millones de toneladas en la producción de maíz de Argentina, y un descenso del 22% en la de trigo: lo que sugiere que el nivel de producción de maíz y trigo debería registrar 50 millones de toneladas y 17,5 millones de toneladas, respectivamente.
Producción y exportación de trigo
Evidentemente, las últimas lluvias llegaron demasiado tarde para el cultivo de trigo, ya que la cosecha ya comenzó en ese campo. El daño ya está hecho, por lo que la mayoría de las previsiones son deprimentes y lo más probable es que la producción de trigo alcance el nivel más bajo en al menos siete años.
Así, casi dos meses después de las primeras estimaciones mencionadas, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires redujo la expectativa de producción de trigo de Argentina a 12,4 millones de toneladas para la campaña 2022-23, por debajo de los 23 millones de toneladas registrados el año anterior. Por su parte, la última publicación del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos resulta ser la más positiva, ya que la producción argentina se prevé en 15,5 millones de toneladas para la campaña 2022-23, mientras que las exportaciones se prevén en 10 millones de toneladas.
Como consecuencia de las sombrías expectativas de la BCR en materia de producción, las previsiones de exportación siguen el mismo camino con una proyección de 7 millones de toneladas, menos de la mitad de las exportaciones registradas en la campaña 2021-22. De hecho, el año pasado, Argentina exportó 14,5 millones de toneladas de trigo durante la campaña correspondiente.
La situación es aún más dramática para el país si se considera que el mercado de granos representa una importante fuente de divisas para el gobierno y que la BCR ha estimado en US$2.200 millones la pérdida de ingresos derivada de la caída de las exportaciones de trigo.
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