Del 1 de septiembre al 30 de noviembre de 2025, las autoridades de control del Estado Rector del Puerto (PSC) bajo los Memorandos de Entendimiento de París y Tokio llevarán a cabo una campaña de inspección concentrada (CIC) enfocada en los sistemas de gestión del agua de lastre (BWM). La iniciativa busca verificar el cumplimiento del Convenio Internacional para el Control y la Gestión del Agua de Lastre y los Sedimentos de los Buques, en vigor desde 2017.
Según Gard, las inspecciones se desarrollarán a partir de un cuestionario predefinido y cada buque será sometido a una sola revisión durante el periodo de la campaña. Entre los aspectos a evaluar se encuentran la certificación conforme al Convenio BWM, la aprobación y actualización del Plan de Gestión del Agua de Lastre (BWMP), la familiarización de la tripulación con su aplicación, el funcionamiento de los sistemas aprobados, los registros en el Libro de Registro del Agua de Lastre (BWRB), la gestión de sedimentos y la validez de exenciones otorgadas.
A la iniciativa se sumarán otros regímenes de PSC, entre ellos los memorandos de Riad, el Océano Índico, el Mediterráneo, el Mar Negro y el Acuerdo de Viña del Mar, ampliando el alcance global de la campaña.
El razonamiento
El control del agua de lastre responde a riesgos medioambientales, ya que este recurso, utilizado para la estabilidad de los buques, puede introducir especies invasoras en los ecosistemas locales cuando se descarga sin tratamiento. La Organización Marítima Internacional (OMI) ha registrado múltiples casos de este tipo en distintos continentes.
Desde el 8 de septiembre de 2024, la norma D-2 del Convenio exige que los buques cuenten con sistemas de tratamiento del agua de lastre en lugar de limitarse al intercambio. Dado que la exigencia es reciente, muchas tripulaciones aún se encuentran en proceso de adaptación, lo que convierte este tema en un foco prioritario de supervisión.
La experiencia de Australia, miembro del MOU de Tokio, muestra que el incumplimiento de la normativa de agua de lastre representó casi el 30% de las inspecciones de bioseguridad realizadas entre diciembre de 2023 y noviembre de 2024. Las principales causas estuvieron relacionadas con desconocimiento del plan por parte de la tripulación y fallos en el mantenimiento de equipos. En algunos casos, estas deficiencias provocaron retrasos en las operaciones de carga de hasta tres días.
Por su parte, la Guardia Costera de Estados Unidos (USCG), aunque no participa en el CIC de 2025, ha reforzado sus inspecciones nacionales ante un incremento de deficiencias relacionadas con el agua de lastre en 2024. Entre las medidas adoptadas, anunció la verificación del uso de productos químicos aprobados en los sistemas de tratamiento, advirtiendo que el empleo de sustancias no autorizadas puede invalidar la homologación del sistema y acarrear sanciones.
Las autoridades instan a los operadores a utilizar el cuestionario del CIC como referencia para garantizar que certificados, planes y registros estén en orden, que los sistemas se mantengan en condiciones operativas y que las tripulaciones estén debidamente capacitadas. Además, recuerdan que las enmiendas al Convenio BWM entraron en vigor el 1 de febrero de 2025, modificando el formato del Libro de Registro del Agua de Lastre, el cual será exigido en las próximas inspecciones.
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