La producción internacional a través de la Inversión Extranjera Directa (EID) ha experimentado una disminución gradual a largo plazo, puesto que tras haber aumentado más del 15% anual en promedio en los años 90, creció menos del 10% en los años 2000, y se estancó sustancialmente en la década de 2010. Esto según el reporte de ONU Comercio y Desarrollo, “Fracturas en la Economía Global y cambios en los patrones de inversión”, publicado en abril, que, superando el nivel teórico, expone a través de datos factuales que los shocks, posteriores conflictos y fragmentación política acaecidos tras la pandemia de Covid-19 han relevado la tendencia a la fractura económica mundial y los movimientos hacia un desacoplamiento de las cadenas de valor globales. Además, entre las tendencias que detecta, destaca la desglobalización de las manufacturas, la disminución del rol de China en el IED y las fracturas económico-productivas acordes a la geopolítica.
La desglobalización de las manufacturas
El informe señala que en los tres años posteriores al estallido del Covid-19, el sector manufacturero entró en territorio de crecimiento negativo, experimentando una caída anual de más del 10%. Y “si bien en se observó un repunte en 2023 queda por ver si representa una recuperación estructural de la crisis pandémica de Covid-19 o simplemente una fluctuación temporal”, apunta el reporte.
De acuerdo con el documento, “particularmente los datos comerciales de las cadenas de valor globales respaldan la hipótesis de una creciente localización de la manufactura y, si bien, esta actividad y la inversión no están disminuyendo en general, su componente internacional parece estar contrayéndose”.
Lo anterior se evidenciaría no sólo en la reducción de la IED, sino también en la reducción del comercio de insumos intermedios interempresarial, componente destacado del comercio de las cadenas de valor mundiales
Este cuadro, de acuerdo con el informe “resulta coherente con un proceso de reconfiguración de las Cadenas Globales de Valor (CGVs) hacia estructuras menos complejas y fragmentadas en la búsqueda de seguridad y resiliencia”.
La disminución del rol de China en el IED
Otra tendencia interesante que marca el reporte es que el número de inversiones transfronterizas totalmente nuevas anunciadas en China (incluyebdo Hong Kong), que se mantuvo relativamente estable durante la década de 2000, comenzó un declive gradual, marcadamente exacerbado por el Covid-19. Además, a diferencia de la mayoría de los demás países, la recuperación de las inversiones nuevas en el país asiático después de la pandemia aún no se ha materializado por completo.
En los últimos tres años, el número de proyectos totalmente nuevos en China y Hong Kong, ha rondado un nivel de alrededor de un tercio de la misma cifra hace una década. Como resultado, la participación de China en el número total de proyectos nuevos ha ido disminuyendo constantemente desde alrededor del 15% en la década de 2000 a sólo alrededor del 3% en la actualidad.
La naturaleza a largo plazo de la tendencia decreciente de China en los anuncios de proyectos nuevos muestra que están en juego múltiples factores más allá de las recientes tensiones comerciales y divergencias geopolíticas. Los crecientes costos laborales y de producción, junto con la intensificación de la competencia de los mercados emergentes que ofrecen alternativas de menor costo, disminuyeron desde el principio el relativo atractivo de China para las empresas multinacionales.
La fractura geopolitica
El seguimiento de la inversión entre países según su alineación geopolítica también se ha vuelto una tendencia marcada. En general, entre 2013 y 2022, la proporción de proyectos de IED entre países geopolíticamente distantes disminuyó 10 puntos porcentuales, del 23 al 13%, según el informe.
Por MundoMarítimo
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