El granelero "MV Afros" que descarga fertilizantes en el sitio 209 del puerto de Paranaguá, navega por medio de velas giratorias que reducen el consumo de combustible y permiten una navegación más rápida. Por ello, fue reconocido como el granelero con mejor comportamiento medioambiental del planeta.
Según su capitán Sitaras Konstantinos, se trata del primer granelero del mundo que utiliza un sistema de propulsión asistido por el viento. El buque también cuenta con sistemas innovadores que evitan vertidos de graneles, derrames de petróleo y accidentes laborales. Explica que las pinzas -grandes carcasas con forma de garra que ayudan a cargar y descargar las bodegas- tienen un ligero desnivel en el cierre, lo que no permite que el bulto se escurra.
Para evitar accidentes durante el embarque, los ventiladores del depósito están situados por encima del nivel habitual de otros buques. "Otros elementos diferenciales son las pruebas frecuentes de los frenos de los cabrestantes que tiran de los cables de amarre y una pasarela para que los trabajadores no corran riesgos al acompañar la carga final de la bodega", dice.
Los equipos de Portos do Paraná visitaron el interior del buque para conocer las tecnologías aplicadas. "El Puerto de Paranaguá es signatario del Pacto Mundial de la ONU y está estudiando estrategias para atraer buques que estén alineados con estas intenciones, incluyendo la ayuda a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero", dice João Paulo Ribeiro Santana, director de Medio Ambiente de la empresa portuaria pública.
El "rotor Flettner" funciona de forma similar a las alas de los aviones, mediante el apoyo creado por la aerodinámica. Cuando se realizó la prueba inaugural del buque en 2018, el ahorro de combustible alcanzó el 12,5% en el primer mes. Utilizando 73 toneladas menos de combustible, el buque redujo las emisiones de 235 toneladas de gas carbónico.
El sistema se desarrolló en el Reino Unido. Consta de cuatro grandes rotores verticales, cada uno de ellos sobre un bastidor de carro, que permite reposicionar las velas del rotor a lo largo de la cubierta para facilitar las operaciones del buque.
Los rotores funcionan utilizando los principios del efecto Magnus: cuando el viento pasa alrededor del rotor giratorio, el flujo de aire se acelera en un lado y se desacelera en el lado opuesto. La diferencia en el flujo de aire crea una fuerza de empuje que impulsa la nave.
Sigue siendo necesaria una fuente de energía para hacer girar las velas, pero el empuje producido reduce significativamente la necesidad de potencia del motor sin perder velocidad de funcionamiento, ahorrando combustible y reduciendo así las emisiones de gases.
Para garantizar la eficiencia energética y el aumento de la velocidad, incluso las esquinas de las torres de control y los cascos tienen una aerodinámica diferenciada. "No tienen aristas, son redondeados, cada detalle tiene un propósito", revela Santana.
El buque, con bandera de las Islas Marshall, atracó el jueves 26 de abril en Brasil, procedente del puerto de Klaipeda (Lituania) con 48.000 toneladas de cloruro de potasio. El martes 03 de mayo, se dirige a Argentina y se espera que regrese a Paraná a finales de este mes.
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