Por segundo año consecutivo, los niveles del agua en el Canal Tamengo y el río Paraguay descendieron drásticamente debido a la sequía que afecta casi a toda Sudamérica, dificultando el normal tránsito de las barcazas que ingresan a los puertos bolivianos desde la Hidrovía Paraguay-Paraná por el Canal Tamengo, reportó El Deber.
De acuerdo con datos de la Dirección de Meteorología e Hidrología de Paraguay, a pocos kilómetros de la frontera boliviana, en el Puerto brasileño de Ladário, sobre el Río Paraguay, el nivel del agua alcanzaba sólo 0,58 metros el domingo 15 de agosto. Los puntos más críticos están en territorio paraguayo, siendo los niveles más bajos registrados en las localidades de Río Aguaray (0,04 m) y Naranjahai Villeta (0,29 m).
La Cámara de Exportadores de Santa Cruz (Cadex) indicó que, por segundo año, debido a los fenómenos climáticos cíclicos, el Canal Tamengo, así como el resto de la Hidrovía Paraguay – Paraná está sufriendo un descenso de los niveles de agua: "Esta situación obliga a poner restricciones de calado para evitar que las embarcaciones encallen en los pasos críticos. Se espera una recuperación de los niveles de agua para finales del presente año y que no se repita esta situación hasta el siguiente ciclo de aguas bajas".
Debido a esas restricciones, la Cadex reveló que la carga de exportación está siendo desviada, dependiendo de su destino final, a puertos del Pacífico o, si se mantiene la transferencia a puertos de la Hidrovía, se envía por vía terrestre con las dificultades en los pasos de frontera y costos adicionales.
Ferrocarriles con mínimo de carga
La pandemia y el cambio climático también han afectado a las operaciones de los ferrocarriles bolivianos, pese a concretar inversiones por cerca de US$200 millones en los últimos años. Una de las razones es que los fletes hacia la frontera con Brasil cayeron considerablemente debido a que las barcazas que reciben la soya -y sus derivados- y urea, principalmente, llevan el mínimo de carga, debido al bajo nivel de las aguas en el río Paraguay.
La Gerencia de Relaciones Externas de Ferroviaria Oriental (FO) informó que el mayor volumen de carga se dio en 2018, cuando la empresa transportó 2,24 millones de toneladas, constituyéndose en un récord en la historia de la Red Oriental de Bolivia. Sin embargo, en 2020, los volúmenes disminuyeron a 1,37 millones de toneladas.
"En la gestión 2021, aún continúan los efectos de la crisis sanitaria como también los bajos niveles de agua en la hidrovía, a lo cual se suma la situación de los incendios forestales en la Chiquitania. No obstante, se estima una leve recuperación del transporte de carga, esperando transportar 1,7 millones de toneladas", indicó FO.
A pesar de los obstáculos, las empresas ferroviarias siguen apostando por el transporte de la producción boliviana, y las importaciones de productos para la industria. Ferroviaria Oriental, por ejemplo, destacó que, en los últimos 10 años, desde la llegada del empresario Carlos Gill como principal accionista, la empresa ha ejecutado un agresivo plan de inversiones de US$155,4 millones, destinados a incrementar su capacidad de transporte, mejorar la infraestructura, incursionar en logística integral, administrar puertos y terminales internacionales en otros países, construir centrales de transferencia de carga y centros de distribución, entre otros.
En ese sentido, ha incorporado 10 locomotoras de última generación y 500 vagones, con el objetivo de acompañar los proyectos nacionales que generan grandes volúmenes de carga; como la planta de cemento Yacuses y la planta de urea de YPFB. “Asimismo, la capacidad de transporte de la ferroviaria está orientada para otros grandes proyectos como; el desarrollo de Mutún y Puerto Busch, además del Corredor Ferroviario Bioceánico de Integración, con importantes volúmenes de carga internacionales”, indicó FO.
Ferroviaria Andina, por su parte, destacó que desde 2016, impulsó un plan de inversiones intensivo que ascendió a US$38 millones, que incluyó la compra de tres locomotoras de última generación marca Stadler, especialmente construidas para operar en la altura y en las pendientes de las vías altiplánicas. "La empresa continuará con este plan de inversiones, así como la ejecución de nuevos proyectos", añadió Cynthia Aramayo, al mencionar que en mayo se realizó una prueba operativa en el tramo Arica-La Paz, para lo cual se está valorando la factibilidad económica de ese corredor.
Efectivamente, en mayo, dirigentes del transporte pesado boliviano impidieron las pruebas del ferrocarril Arica-La Paz por considerarlo una competencia.
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